El pasado oscuro de la luna
El 98 por ciento de la superficie de nuestro satélite natural fue bombardeado por asteroides y cometas y la composición de su corteza respalda la teoría de que formaba parte de nuestro planeta.
Es cierto que la humanidad no ha vuelto a poner un pie sobre la Luna desde las misiones Apollo, pero pero nunca se ha dejado de observar al satélite natural. Flow y Ebb, las sondas gemelas de la mision GRAIL de la NASA han cartografiado durante tres meses al satélite natural, estas sondas del tamaño de un lavarropas han logrado generar el mapa del campo gravitatorio más detallado que cualquier cuerpo celeste investigado hasta el momento.
Entre tantos descubrimientos e investigaciones se determino también que la atmósfera lunar recibe también aportaciones de partículas solares durante el día, que cesa al llegar la noche. Durante la noche lunar, la presión puede bajar hasta no ser más que de dos billonésimas partes de la atmósfera terrestre, subiendo durante el día hasta las ocho billonésimas partes, demostrando así que la atmósfera lunar no es una atmósfera permanente, sino una concentración de partículas dependiente del medio exolunar.
La fase más importante de los últimos estudios desnuda la estructura completa de la Luna, los diferentes estrato, incluido su núcleo, así como el reparto de masas, la estructura tectònica y su topografía. Entre las primeras conclusiones publicadas en la revista Science, ahora se sabe que el 98 por ciento de la corteza de la luna fue bombardeada por asteroides y cometas.
Según una prestigiosa investigadora de la NASA, Maria Zuber, los cambios en el campo de gravedad de la Luna es un claro registro de los impactos sufridos, que caracteriza a todos los cuerpos planetarios rocosos y revela, en el caso de la Luna, evidencia de la fractura interior. Algunas de las colisiones lograron alcanzar la corteza profunda y, posiblemente su manto y se logro determinar la densidad de la masa de la corteza y su grosor promedio se encuentra entre los 34 y 43 km, eso es entre 10 y 20 km menos de lo que se creía.
Con ese grosor de corteza, la composición de la densidad de la masa de asemeja mucho a la de la tierra y esto respalda los modelos que sugieren que la Luna es un fragmento de la tierra eyectado en un impacto épico que tuvo lugar durante la formación de nuestro sistema solar.
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